Con información del IMSS, se perdieron 405 mil puestos de trabajo durante diciembre, patrón habitual para el último mes del año (todos los diciembres retrocede el empleo, en promedio 1.76% de los asegurados totales).
Para todo el 2024 la creación de empleo es de 214 mil puestos, la menor generación desde 2020 (año de la pandemia) y la segunda menor desde 2010 en un entorno de incertidumbre por factores geopolíticos y locales.
La confianza para invertir se ha deteriorado de manera notable desde mediados del año pasado de acuerdo con las encuestas del INEGI.
El dato de empleo refleja la caída de 114 mil plazas en construcción y la creación de solo 10 mil plazas en manufacturas. Durante 2023 la generación fue de 136 mil puestos en construcción y 72 mil en manufacturas.
A tasa anual el empleo en construcción cae 6.3%, y las manufacturas registra un marginal avance de 0.2%.
Por otra parte, el empleo en el sector comercio crece 2.8% anual y los servicios 2%, aunque la dinámica ha perdido ritmo.
Si bien la fuerte desaceleración del empleo está muy concentrada en construcción y manufacturas, no deben despreciarse los impactos indirectos hacia adelante en comercio y servicios, al debilitarse la masa salarial (empleo x salarios) y con ello la demanda interna. Manufacturas representa 27% de los afiliados al IMSS, y es uno de los sectores que pagan mayores remuneraciones.
Las cifras de empleo sumados al recorte de la inversión pública sugieren que la economía mexicana se perfila hacia una ruta de estancamiento/contracción.
El área de potencial crecimiento se ubica en las exportaciones manufactureras que retoman el dinamismo en el segundo semestre del 2024, y ahora encuentran soporte en las encuestas de diciembre de este sector en EEUU que registran aumento en el rubro de nuevas órdenes.
En el mismo sentido, las importaciones de bienes intermedios (ligadas a las exportaciones) y de bienes de capital (ligadas a la inversión) también se reaniman en los últimos meses del año pasado.
Las medidas de la nueva administración Trump, en especial hacia México, y una mayor definición del perfil de las políticas de la nueva presidencia de México serán los factores que decidirán si 2025 será un año de bajo crecimiento o de reversa.
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